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Esta noticia vibra más allá de su escueto tratamiento periodístico. Durante las horas posteriores, ¿qué pensó el lector acerca de este hecho? ¿Imaginó un relato en el que un grupo de cautivos, ante la cercanía de la muerte, decide dar aviso de sus circunstancias al futuro? ¿Pensó “de quién habrá sido la idea” y “cómo se le ocurrió”, en qué segundo esa maniobra cruzó como una estrella fugaz en la mente de uno de ellos? ¿Habrá arriesgado, con pretensiones filosóficas, que esa botella es un símbolo que invierte el clásico procedimiento para sugerir una metáfora: en tierra firme, sin el mar al alcance de los náufragos, el recipiente se deslizó a la deriva por las profundidades de ese otro río inasible?
De cualquier modo, el hallazgo intriga, puesto que se trata de un sistema de muñecas rusas que van dejando interrogantes al descubierto. Las preguntas forman un círculo alrededor de una simple superficie que condensa posibilidades. ¿Una simple superficie? ¿El recorte de un “saco de cemento”? Es un papel que recibe el peso de los antecedentes. Un folio que se incluye en una carpeta en la que yace organizada una historia. Ese documento breve es una pieza que se ensambla a una imagen cambiante. Primero, aquél nació de un acto mínimo. Ahora es una reivindicación del código y de su economía. Aun cuando ni siquiera es un texto, el escrito remite a otros. (El más inmediato es el Diario de Ana Frank.) Todos los protagonistas son actores de una obra ejecutada por otro autor. De él quisieron escapar, y lo lograron.
Por otra parte, la maniobra aludida también repercute en el plano de la ficción, junto con un acompañamiento musical. Por ejemplo, aquella remite a un pedido de ayuda sin destinatario fijo, como la canción de The Police (“...sending a S.O.S to the world”); o bien, a un diario que se esboza antes del final menos esperado y más terrorífico, como el texto de aquél gran cuentero (“Manuscrito hallado en una botella”). Ambas intenciones recuerdan la necesidad de dejar un mínimo indicio de existencia, un testimonio del haber estado ahí o del haber sido. Ambas ocurren en el papel, donde los restos temporales pueden localizarse, más tarde, en el mundo real. Claro que, al admitir la primacía de lo tecnológico en lo social, se presenta otro planteo. Los hallazgos de este tipo ¿se podrán comparar con los que surgen en un orbe de virtualidades?
En vistas a lo anterior, sería útil ensayar sobre los dos espacios. Por un lado, en el mundo real y tangible, los objetos de tiempos distintos se reúnen con los sujetos a través un intercambio temporal. Aquellos irrumpen en el presente con sus detalles (caligrafía, materiales usados, manchones, etc). Esos rasgos reflejan las circunstancias en las cuales se escribió el texto. Así se reconstruyen los recursos disponibles, el sitio y los condicionamientos. Por otro lado, en Internet como emplazamiento virtual, el anterior conjunto de rasgos que tienen los objetos ingresa a una heterotopía. Este concepto foucaultiano tiene seis principios. El cuarto son las heterocronías: allí “el tiempo no deja de acumularse sobre sí mismo” (Sergio Albano, Michel Foucault: Glosario de aplicaciones, 75). Se concibe una especie de “archivo general” que puede “contener en sí mismo todos los tiempos, todas las épocas, todas las formas, todos los gustos”.
Pues bien, al finalizar estas digresiones, ¿qué habrá pensado el lector hasta llegar a este último párrafo? ¿Que hay miles de escribas que sólo trabajan con el afán de componer aunque sea uno de esos objetos? ¿Que, aun valiéndose de la imaginación, ellos pretenden trascender convertidos en páginas o artefactos verbales? Quizás aún no pensó nada sobre el asunto. Quizás tampoco lo hizo al comienzo ni al leer la noticia. Tal vez cree que ninguna de las notas de más arriba son útiles y que lo más oportuno sería rescatar lo que señaló Mensfelt: “jóvenes que intentaron dejar algún rastro de su existencia". Sin embargo, quien escribe opina que nada concluye aquí porque, frente a esa interpretación, ya se oye a un poeta cantar (con otra música de fondo) “Nunca perseguí la gloria...”
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