Jaco Pastorius: una matriz de estilos

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Jaco Pastorius fue más que un bajista extraordinario: fue un músico total, que dejó la marca de su estilo en cada intervención. Fusionó los géneros más distantes y revolucionó el modo de pensar la función de su instrumento. Logró lo que logran los mejores: convertirse en una matriz de estilos. Esta crónica repasa su trayectoria, a 30 años de su muerte (o del crimen).




  El inicio casual

Casi todos los hechos decisivos en la vida de Jaco fueron casuales. Cuando tiene 15, sus compañeros de Las Olas Brass convocan al baterista Rich Franks para que lo sustituya en su puesto. Aquel adolescente tiene un buen sentido del ritmo, pero todavía es nuevo e inexperto en los escenarios. Quizás también sea por esa grave lesión que tuvo hace dos años en un partido de fútbol americano. Tuvieron que hacerle una cirugía correctiva en la mano izquierda porque la muñeca se le desplazó del brazo y ese resabio le afecta ahora. Lo cierto es que el grupo necesita a alguien con más técnica para un repertorio que incluye los clásicos de Tijuana Brass, James Brown, Aretha Franklin.

Frente a ese dilema, otro hecho ocurre: el bajista David Neubauer decide viajar a Europa. El chico desplazado propone ocupar esa vacante. En aquellos años, el hermano eléctrico del contrabajo es un instrumento relativamente nuevo, que recién obtuvo éxito comercial en 1951, cuando Leo Fender lanzó al mercado su "Precision Bass”. Jaco necesita esas cuatro cuerdas con urgencia. Consigue por unos dólares un Fender Jazz Bass 1966 y un amplificador Sunn, en una casa de usados de Fort Lauderdale. Vuelve a usar el dinero que gana como repartidor de periódicos; el mismo trabajo que le permitió comprarse una batería para seguir con la tradición musical de su padre. 

Jack Pastorius es un músico profesional, un cantante que trabaja para las big bands de jazz y que en 1958 llegó a la ciudad con su familia desde Norristown, Pensilvania. De manera que al mayor de sus tres hijos le resultarán familiares las melodías de Benny Goodman, Count Basie, Duke Ellington, Tony Bennett, Frank Sinatra. Además, como Florida carece de prejuicios musicales, también escuchará en vinilo todo lo que esté de moda por aquella época. Y, por supuesto, la radio. Una radio Zenith a transistores le acerca por las noches de infancia ritmos cubanos. Tiene facilidad para la música. Cuando consigue su primer bajo eléctrico, aprende a tocarlo en una semana, lo suficiente como para permanecer en Las Olas Brass.
El bajista con su primer Fender. Fuente: jacopastorius.com

 Al principio, el joven Jaco recibe los consejos guía de su padre. En una oportunidad, al llegar a la casa, lo ve tocando con la mano izquierda acurrucada contra el diapasón. Entonces, le indica que separe más los dedos, que los estire, que los alterne, porque cada uno debe ocupar un espacio entre los trastes y que esa apertura es la correcta. En otra ocasión, Jack se va a una de sus giras, por un año, pero antes le deja una tarea: aprenderse de memoria la ubicación de cada nota en el instrumento. Al término de aquella ausencia, Jaco sabrá, completa, la cartografía de su bajo. Mientras tanto, trabaja en los clubes nocturnos.

  Tocar todas las noches es el horizonte. Ninguna otra ambición apura su vida. Imita rarezas espectaculares de Jimi Hendrix, como la de interpretar a su manera el himno estadounidense. Hacia 1968, graba su primera cinta casera; toca guitarra, batería, saxo y bajo para darle forma a una versión del clásico “The Chicken” de Alfred Ellis. Ese tema se convertirá en una constante de su repertorio y en un ejemplo de su estilo para sostener creativamente el groove. Cuando lidere su gran banda, quedarán los registros de aquellas desmesuradas actuaciones en vivo, como la del concierto que ofrece cuando cumple 30 años. Pero todavía es un adolescente que toca por unos dólares en lugares donde los blancos confirman su inasistencia.

Terminado el ciclo en Las Olas Brass, Jaco integra un cuarteto jazzístico, graba profesionalmente para el cantautor Thomas Miller Collins y empieza su experiencia con Woodchuck. Con este trío de R&B recorre durante dos años los bares del sur de Florida, tocando temas como “Funky Broadway” (Wilson Pickett) o “Lickin’ Stick” (James Brown). La nueva formación le permite crecer al bajista, porque prueba con mayor libertad otras formas de intervenir en la música con su instrumento. Su confianza crece poco a poco y se confunde con su ambición. Tan sólo está por cumplir 18 años cuando le dice a su hermano: “Rory, soy el mejor bajista del mundo”.

Aprendizaje en el camino

Los años setenta ya conocían grandes bajitas. La rapidez agresiva de Stanley Clarke. Las semicorcheas fantasmagóricas de Rocco Prestia. El ritmo sincopado de Jerry Jemmot. La potente sobriedad de Alphonso Johnson. A mediados de esta década, Jaco Pastorius ocupará en esa lista el lugar privilegiado, porque logrará un estilo único. En ese camino, importa una noche de octubre de 1970. Junto con su amigo Bob Bobbing, va a un club de Fort Lauderdale para escuchar al grupo Nemo Spliff. Ellos también son tres; el bajista Carlos Garcia ejecuta con la mano izquierda una técnica que le interesa: mutea notas en los funk grooves. Además, le atrae el sonido potente que sale de su amplificador Acoustic 360.

Pronto, Jaco y su amigo deciden comprase el mismo amplificador: uno cada uno. Con su nuevo equipo, el bajista en ascenso consigue mayor claridad en el sonido, mayor definición en los agudos y puede trabajar mejor las melodías con los acordes. La cercanía con Bob también le permite aprender en 1974 la técnica de los armónicos artificiales, que la había recibido un tal Clay Crooper. Por otra parte, Jaco desarrolla su estilo por prepotencia de trabajo. Mientras mira televisión con su hermano Gregory, practica todo el tiempo. En un taller de la escuela, se había fabricado un mini amplificador, donde podía conectar el instrumento y unos auriculares. Sentado en un sillón de la casa, ejercita sus dedos inquietos durante horas.
Jaco y Tracy en su época de adolescente.

 Desde agosto de 1970, Jaco está casado con su compañera de colegio Tracy Lee y en diciembre nace Mary. Este alumbramiento cambia su vida y lo empuja para conseguir trabajos que le permitan obtener más dinero. Así que, en abril de 1971, deja Woodchuck. Dos meses después, consigue empleo como músico de jazz en el lujoso crucero Ariadni. El bajista que iba a tocar allí había renunciado a último momento y  contrataron a Jaco un día antes de que el barco partiera desde Miami hacia el Caribe. Para ocupar el puesto, dice que sabe leer partituras. En realidad, ni siquiera conoce los temas del repertorio. Su compañera Tracy prepara las valijas; entretanto, él se pasa la noche practicando canciones. Al otro día, lo salvan su oído y su habilidad para adaptarse.

 Durante las horas libres, aprovecha para estudiar los standards en la cabina del crucero. A bordo, sigue ampliando su manera de tocar jazz. Con esa experiencia de los viajes al Caribe, cuando los barcos atracan en las costas de lugares como St. Thomas y Nassau, Jaco puede relacionase con músicos locales de calypso y reggae. La influencia de estos géneros afrolatinos y de sus instrumentos característicos (como el steel drum) estará presente aun en su faceta de compositor, que aparece sobre todo en su disco debut y en Word of Mouth (1981). Así transcurre un mes antes de volver a tierra firme para sumarse a otro grupo. Esta vez, a uno de soul, en Miami, que se llama Tommy Strand & the Upper Hand, donde tocará hasta 1972.

Un período vertiginoso de trabajo llega con Wayne Cochran and the C.C. Riders. Esta banda se presenta en los escenarios 5 veces por noche, 6 días por semana. La intensidad de los espectáculos forja su resistencia para mantener el ritmo sobre tablas. Al momento de la audición, Jaco todavía no sabía leer partituras, pero el estrafalario Cochran (una versión pálida de James Brown) lo contrata igual, porque el joven aprende con facilidad los temas y los interpreta con sentimiento. Durante las giras, en el colectivo que traslada a los integrantes o en los hoteles, tiene clases de teoría musical y de arreglo con el director del grupo, el guitarrista Charlie Brent. Como parte de ese aprendizaje, compone rápido canciones como “Domingo” y “Amelia”; y ya tiene las ideas que serán “Barbary Coast”, “Continuum”, “Kuru”, “Liberty City”.

 Toda la muda de ropa que Jaco tiene para las presentaciones cabe en el estuche de su instrumento, que funciona como una maleta; en una media, guarda el dinero que le enviará a su familia. Tal vez, en alguna noche del camino, piensa que está repitiendo las ausencias de su padre, aunque todavía ningún vicio lo somete. Lo seguro es que su destino es convertirse en el mejor bajista del mundo, pero le falta definir su voz en la música. Un día, Brent le presta otro bajo y repite el experimento que hizo hace un año con el Fender negro modelo 1962, que era de Bob. Esta vez será diferente. Esta vez no tiene problemas con la afinación ni con el sonido y una noche toca con el grupo esos slides que hacen que las notas resbalen sin la contención de los trastes.

Hacia fines de 1972, Brent abandona C.C. Riders. Entonces, su alumno pasa a ser el director musical de la banda. Este asenso dura poco. Cochran no quiere que nadie opaque su brillo de estrella líder. El 1 de diciembre, Jaco cumple 21 años; al día siguiente, lo despiden. Aunque todavía tiene dificultades para leer partituras, otros grupos lo requieren. El trombonista Peter Graves lo contrata para formar parte su banda, donde también tocará un joven Pat Metheny. La combinación entre este guitarrista y el estilo melódico de Jaco se escuchará en Bright Size Life (1976), sobre todo en el tema que le da nombre al álbum. Además, ambos compartirán escenarios con la multifacética Joni Mitchell; los testimonios de esas giras quedarán en Shadows and Light (1980).

Amigos de la música

A partir de 1973,  Jaco conoce a músicos que lo acompañarán durante la próxima década y de los que seguirá aprendiendo aspectos teóricos. Desde enero, reside en Hollywood (Florida). Vive con su familia en un departamento que está sobre una lavandería, pero su vecino es el pianista Alex Darqui, quien será un compañero de composiciones, puesto que, durante este período, los dos estaban explorando vetas musicales y entonces trabajarán las nuevas ideas durante horas. A esta época pertenecen “Opus Pocus”, “Havona”, “(Used to Be a) Cha Cha”. Jaco incluso se había comprado un Fender Rhodes y lo tenía guardado en el departamento de Darqui.

 El trompetista Ira Sullivan y el baterista Bobby Economou participaban con frecuencia de esas jams, tanto como para luego tocar juntos en Lion’s Share, frente a un público de músicos jóvenes y estudiantes de la Universidad de Miami. Otro conocido de esta época es el guitarrista Joe Diorio, que le acera a Jaco el libro de Nicolás Slonimsky con el cual estudiaron músicos como John Coltrane: Thesaurus of Scales and Melodic Patterns. También conoce al guitarrista Randy Bernsen, al percusionista Don Alias y a Othello Molineux, que con su steel drum lo siguió hasta los caóticos tiempos de Word of Mouth. En esta etapa, hay en Jaco un acercamiento progresivo al alcohol. 

Luego, en octubre, nace John y, en diciembre, terminan los recitales en el Lion’s Share. Aunque sigue trabajando en la orquesta de Graves, tiene que buscar más oportunidades laborales, porque se agrandó la familia. Además, dentro de poco, tendrá que mudarse; el departamento que habitaba se vendió. Entonces, en 1974, decide trasladarse con Tracy y sus hijos a Nueva York; también está decidido a conseguir mayor reconocimiento. Allí se junta con el pianista de trayectoria jazzera Paul Bley. Durante un mes, ellos tocan a la par de Metheny y del baterista Bruce Ditmas, hasta que finalmente, en junio, graban un disco (para el sello de Bley) que, al principio, no tiene nombre, pero que años después se identificará con el título Jaco, aprovechando la trascendencia del bajista.  

Por otro lado, el bajista viaja a Boston para tocar con Metheny y Bob Moses, en un barcito cercano al Berklee College of Music. Terminado el recital, lo invitan para dar un taller en esa facultad. Allí, los estudiantes de bajo tienen la oportunidad de interactuar con el maestro. Frente a ellos, toca los arpegios endemoniados de “Chromatic Fantasy” (Johann Sebastian Bach). Es un adelanto en vivo de la versión adaptada y arreglada que entregará en Word of Mouth. Todo en Jaco es inesperado y fuera de lo común. Nadie interpreta esa obra clásica con tanta fluidez en un instrumento como el bajo. Primero, porque a ninguno se le ocurre; después, porque requiere una preparación técnica que todavía no está pensada y no figura en los métodos de aprendizaje.

De regreso a Fort Lauderdale, Jaco enseña en el departamento de jazz de la Universidad de Miami, y lo primero que les pide a los estudiantes es que compren los tres tomos del método Dotzauer (libro estándar para el estudio del cello). Otra anécdota. El profesor Neil Stubenhaus recuerda que con la publicación de Jaco Pastorius (1976) recibirá una gran concurrencia a su cátedra en Berklee. Por entonces, las clases consistían en estudiar aquellos temas para comprender las particularidades de ese estilo revolucionario. Jaco dará clínicas en cualquier sitio, como un trabajo más de su rutina. Incluso, en diciembre de 1984, de paso por la isla Martinica, enseña para 30 alumnos. No obstante, parece que dar clases nunca fue muy agradable para él. Su paciencia era breve y exigente; en Miami, de 20 estudiantes, sólo aprobó con la nota máxima el guitarrista Hiram Bullock.

Paradójicamente, el destino hizo que su legado más generoso sea Modern Electric Bass, la entrevista que mantiene con Jerry Jemmott. Jemmott era su ídolo, y esa clase filmada es como un homenaje en vida. Jaco está en una de sus peores etapas y, sin embargo, asombra, deleita, sorprende. Cualquier bajista que haya visto el registro en VHS no puede sino entusiasmarse y decepcionarse casi al mismo tiempo. El contrato para ese video se lo había conseguido un representante en septiembre de 1985. Jaco vivía de prestado en las casas de sus amigos y su conducta ya era imprevisible. En mayo, lo habían convocado para dar una clase sobre composición en el Third Street Music School. Llegó a la cátedra sin el bajo ni el amplificador y se puso tocar el piano. Alguien le recriminó esa actitud arbitraria. La respuesta fue un dedo mayor erguido. El intercambio poco cordial empeoró y la policía terminó llevándoselo.

Ahora, para evitar esas reacciones, el representante lo mantiene a Jaco en un hotel por tres días, lejos de las drogas que lo someten. Al momento de la grabación, todo sale bien. Ante los elogios y las preguntas, demuestra que él es más que un virtuoso bajista: es un músico completo, hasta los ejercicios básicos que practica son musicales, tienen esa musicalidad tan personalizada. John Scofield y Kenwood Dennard lo acompañan en la performance del video didáctico. El baterista Dennard seguirá estando con él cuando toque en Lone Star y Seventh Avenue South; son los únicos lugares de Nueva York que lo dejan ingresar. Los demás bares de la ciudad le prohíben la entrada por su comportamiento escandaloso. Las puertas se le van cerrando. En cambio, los bajistas que a fines de los ’80 nacían de su matriz inconfundible conseguían trabajo en todas partes. 

 La fusión definitiva

Hay momentos clave en la vida de una persona, momentos en los que todo parece conspirar a su favor y esos momentos equivalen a la felicidad. Eso es 1976 para Jaco Pastorius. Ese año se define la etapa de un largo proceso. El lanzamiento en agosto de su primer disco solista representa un quiebre en la historia del bajo eléctrico. La apertura con "Donna Lee" puede pensarse como una repetición y un manifiesto. Hubo un día de 1946 en que Charlie Parker desafió a Lester Young (después de imitar durante años cada uno de sus solos frente al espejo) para poder superarlo en el mismísimo “Oh, Lady be Good”, que en 1936 le había permitido al maestro exhibir su creatividad. El desafío de Jaco es más ambicioso: lo hace con otro instrumento, lo hace con un bajo fretless, lo hace sin base armónica, lo hace acompañado sólo por las congas de Alias, lo hace con la magia de los armónicos, lo hace como nadie nunca antes lo hizo. Nueve años invirtió para alcanzar esa genialidad.

Después, casi sin segundos de espera, se escucha el salto funk a “Come On, Come Over”, donde las semicorcheas entrecortadas del estribillo imitan y mejoran las de Rocco Prestia en “What is Hip?”. Luego, sigue el indescriptible “Continuum”, con la innovación en el uso melódico del bajo sin trastes. Jaco no es el primero en utilizarlo; uno de los primeros fue Bill Wyman (el bajista de los Rolling Stones) en la década del sesenta. La diferencia abismal es el fraseo místico que Jaco entrega en esta obra. Otra rareza es el tema solista “Portrait of Tracy”, construido con una línea de armónicos naturales y con otra línea del registro grave. Los armónicos como recurso se repiten en “Okonkolé y Trompa”, como una llovizna sonora de base, que se complementa con la percusión, para sostener la voz etérea de un corno francés. Antes, se escucha el inclasificable “Opus Pocus”. El virtuosismo y el matiz latino reaparecen en “(Used to be a) Cha Cha” y en “Kuru/Speak Like A child”.

Pastorius en una sesión de grabación para su primer álbum. Créditos: Legacy Recording

 En marzo de 1974, Jaco ya había decidido grabar algunos temas en Criteria Studios, en Miami, aprovechando la compañía de sus amigos Darqui, Economou, Alias y Molinoux. Pero al poco tiempo quien le consigue el contrato con Epic Records es el productor Bobby Colomby, que era baterista de Blood Sweet and Tears. Debido al éxito que había alcanzado su grupo, tenía un acuerdo con Steve Popovich: éste grabaría a cualquier artista que él quisiese producir. Durante el verano, Colomby conoce a Jaco por casualidad, en Fort Lauderdale. La banda estaba haciendo una residencia en Bachelors III y el equipo de softball de ese club lo invitar a jugar. Dentro del campo, ve a una mujer bellísima que también está jugando el partido. El neoyorkino famoso se acerca para dialogar; ella le responde que trabaja en el club, que sí, que es casada, que con el mejor bajista del mundo, que después llega y saluda.  

A Jaco, cuando lo ven, nadie le cree, hasta que lo escuchan. Esa tarde, Colomby lo escucha tocar “Donna Lee” y le cree. Entonces, le dice que tratará de conseguirle un contrato discográfico. Al comentarle la propuesta a Popovich, éste le confiesa que grabarle un LP a un bajista le parece absurdo. Así que el mejor del mundo viaja hasta Nueva York y toca en vivo para Popovich y para Jim Tyrell, que es el jefe de márquetin de la empresa pero también es bajista. Suficiente. A partir de septiembre de 1975, Jaco deja las clases en la Universidad de Miami para concentrarse en las sesiones de grabación. Buenos músicos participarán de este disco inusual. Entre ellos, figura Wayne Shorter, el saxofonista de Weather Report. El otro líder de esta banda, Josef Zawinul, ya había recibido, meses antes, un casete con las grabaciones de 1974, después del recital en el Gusman Theatre de Miami.

La gira del disco Mysterious Traveller había llevado a Weather Report hasta aquella ciudad. El grupo llegó tarde esa noche y se perdió la actuación de la big band de la universidad en donde Jaco enseñaba. Esa vez, a la salida de aquel teatro, Jaco también se había presentado como lo que era y Zawinul tampoco le creyó. La insistencia del joven pelilargo y de una periodista del Miami Herald hace que el tecladista le pida una cinta demo. A la mañana siguiente, escucha: le sorprende, en especial, “Continuum”. Piensa que sabe lo que oye, pero hasta un músico experimentado como él, que ha tocado con Miles Davis en su etapa eléctrica, ignora qué instrumento es exactamente el que ofrece esa cálida melodía tan particular. Aún así, le dice a Jaco que el grupo ya tiene al bajista Alphonso Johnson. De todos modos, mantienen un contacto frecuente por carta. Hacia fines de 1975, le llega por correo a Zawinul otro casete con una primera mezcla de Jaco Pastorius. Escucha de nuevo. Escucha lo que había escuchado Colomby.

El ascenso a la cumbre

La matriz del estilo Pastorius tiene dos grandes formas: una es el virtuosismo rítmico que expresan las semicorcheas límpidas y la otra es el tono melódico que canta con su fretless. Con la lógica partida de Johnson en diciembre de 1975, Jaco puede sumarle a Weather Report esas nuevas posibilidades. Es lo que hace desde el principio. Zawinul le pide tranquilidad para “Cannonball”; el impertinente bajista (recién llegado) les pide a los representantes del grupo agregar un tema suyo a Black Market (1976), y ese es el groove de “Barbary Coast”, luego exigido al máximo en el Monteaux Jazz Festival de julio, en Suiza. Para el próximo año, en Heavy Weather, esas vertientes se intensifican: Joe compone “A Remark You Made” pensando en la lírica de Jaco, y Jaco agrega “Havona”; Joe escribe “Birdland”, donde aparecen los armónicos artificiales, y el muchacho pergeña algo como “Teen Town”, que en la versión de 8:30 se extiende con una segunda parte a toda máquina.  

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Weather Report tuvo distintas formaciones, pero Jaco dejó una fuerte huella en el grupo.

 Sus compañeros venían del jazz; él venía de todas partes e iba hacia todas partes. Durante aquel año de gracia, colabora con Ian Hunter en All American Alien Boy, con Al Di Meola en Land of the Midnight Sun y con Joni Mitchell en Hejira. El encuentro con Joni también fue casual. Ella estaba buscando una expresividad distinta a la que sus bajistas le habían ofrecido hasta el momento. Si bien le agradaba el sonido de cuerdas apagadas (tan cercano al de los contrabajos de los años 50), que estaba de moda, Joni se preguntaba ¿por qué sus bajistas no aprovechaban el registro medio del instrumento y por qué siempre se limitaban a tocar la nota fundamental del acorde? Sus pretensiones la llevaron a cantar las melodías para las líneas de bajo, pero ellos se negaban a reproducir excentricidades. Además, pocas mujeres daban indicaciones musicales y esa actitud, a algunos, solía molestarle.

Cierto día, ensayando con uno de los negados, le avisan que existía un bajista en Florida, que ya tocaba todas esas cosas raras. Con la grabación iniciada de su último disco, decide convocarlo. Cuando finalmente se encontró con ese tal Jaco Pastorius, su baterista John Guerin le dijo: “Por Dios, debes amar a este muchacho; ¡él casi nunca toca la fundamental!” Joni escuchó al recién llegado por primera vez y él resultó ser el complemento perfecto para la delicada belleza que lograron juntos. Fue, como ella dijo, el intérprete de sus sueños. Comenzaron a trabajar con “Hejira”, donde Jaco agregó esa amplitud de sonido que parece abarcarlo todo e incorpora la técnica de los falsos armónicos. Su estilo también impregna por igual a “Coyote” y “Black Crow”, mientras que en “Refuge of the Roads” despliega su voz traducida por el Bass of Doom, que parece relevar a Joni al término de cada estrofa. 

Las instrucciones sobraban: se entendían naturalmente. Así que las colaboraciones continuaron en Don Juan's Reckless Daughter (1977). Aquí la empatía se repite para destacarse en “Talk to Me”, “Jericho”, “Off Night Backstreet”. Con las contribuciones de Jaco, cambió la estética de Joni Mitchell, como también cambió Weather Report. Su marca es fuerte en Heavy Weather, no sólo por su aporte musical, sino por su trabajo como productor. Tenía un conocimiento práctico sobre cómo agregar los efectos adecuados, cómo lograr un buen sonido en la batería y cómo realzar la presencia del bajo. El joven trabaja a cuatro manos con Zawinul en el estudio para figurar como co-productor en los créditos. Ese lugar nunca había sido ocupado por otro integrante en la historia del grupo.

En marzo, aquel álbum conoció el éxito y pronto se convirtió en disco de oro por el medio millón de copias vendidas. El crítico Neil Tesser, en su reseña para la revista Down Beat, elogió los arreglos musicales y observó que el grupo había usado de forma completa, por primera vez, el estudio como instrumento; ese aspecto permitía distinguir con nitidez los contrastes de la diversidad tímbrica. Por su parte, Don Oppenheimer, en Rolling Stone, destacaba la contribución decisiva de Jaco para el nuevo estilo que se le ofrecía al público. Ese estilo incluía la perfomance de las actuaciones en vivo, con las estridencias aprendidas de Hendrix y con los pasos de baile a lo James Brown. Todo un atractivo para los jóvenes. Además, se daba algo insólito: en los recitales, había un espacio solista para el bajo como parte del espectáculo, tal como se escucha, por ejemplo, en “Slang” de 8:30

 Era el mejor bajista del mejor grupo de jazz fusión. Sin embargo, asoman los efectos de las drogas en su cuerpo. Su biógrafo Bill Milkowski recupera testimonios sobre el consumo de cocaína durante las extensas giras con Weather Report en 1977. Por otro lado, termina su relación con Tracy. Es lineal e inexacto decir que Jaco empieza a tener una curva descendente, pero lo evidente es que, en un par de años, ya no será el mismo, pues comenzarán a intensificarse sus comportamientos destructivos. Progresivamente, termina alejado de sus vínculos previos. La última vez que Joni lo vio fue hacia mediados de los ’80. Había ido a una inauguración de arte en Soho (Nueva York) con otras personas. Mientras buscaban un sitio donde comer, vieron que, cruzando la calle, había un modesto bar que, en un cartel pintado a mano, anunciaba: “Esta noche Jaco Pastorius”. Pensaba encontrarse con ese rostro que supo conocer. Entró al local, lo vio sentado, se acercó, lo miró, pero él ya no estaba en sus ojos: se había ido.      

 Al frente de la gran banda      

Charles Mingus no era un mimo. Jaco también tenía su personalidad y su actitud desafiante. Disputaba con arrogancia los espacios y las ideas contra cualquiera para hacer prevalecer sus criterios. Poco importaba que ese otro fuera, por ejemplo, Zawinul, con quien se darán enfrentamientos y una fuerte competencia interna en el grupo. Motivos para elogiarse le sobraban. Hacia fines de los setenta, Jaco había logrado el reconocimiento unánime. El público y los críticos lo eligieron como el mejor bajista del año para la revista Down Beat en 1978, 1979 y 1980. Pero su trayectoria había sido la de un excelente colaborador para proyectos iniciados por otros. Así pues, el año que graba Mr. Gone con Weather Report, sigue participando en discos de otros artistas.

La música de Jaco necesita un espacio más individual para terminar de expresar su vida. Antes, hubo un intento con la formación del Trío of Doom. En marzo del ’79, la Cuba de Fidel Castro recibe a los grupos norteamericanos para las tres noches de la Havana Jam en el Teatro Karl Marx. Los ensayos del grupo en Nueva York habían resultado prometedores, pero hubo desencuentros del bajista con John McLaughlin y Tony Williams (primero en la isla y más tarde en la propuesta del estudio). Ese proyecto de tres virtuosos había generado muchas expectativas, aunque finalmente no prosperó. De todos modos, quedaron grabados algunos temas: el caótico “Dark Prince”, otra gran versión de “Continuum”, el swing de “Para Oriente” y el vertiginoso “Are You The One?”

Jaco Pastorius, Sobre el margen, crónica, Havana Jam
Booklet de "Trío of Doom". Fuente: Dragonfly Views (blog).

En ese mismo festival, Jaco toca bien con Weather Report. Sin embargo, algo empezaba a notarse, algo que reaparecería en el viaje de ese grupo hacia otra isla: Japón, donde tiene actitudes como, por ejemplo, empezar repentinamente a interpretar fuera de música ciertos pasajes de los temas para luego seguir tocando normal, para otra vez salirse de tono. Lo concreto es que Jaco se encuentra en una etapa de tránsito. A mitad de año, confirma su nueva relación amorosa casándose con Ingrid Hornmüller en julio, y las giras con Joni lo requieren en septiembre, pues ya habían grabado Mingus. La canadiense también advierte su comportamiento incomprensible desde afuera. Jaco era el director musical del grupo pero no apareció sino cuando iban dos semanas de ensayos. El día que se incorporó, quiso cambiar todos los arreglos que se habían practicado sin él, sobre todo las partes sin bajo, propiciadas por su ausencia. Luego, las presentaciones de la gira fueron muy buenas, pero después los dos se alejaron. Según Joni, el motivo fue que simplemente su compañero ya no tocaba bien.   

A partir de febrero de 1980, Pastorius firma un contrato estelar con Warner Bros. para publicar lo que será su proyecto solista. Este es el desafío que hará transcender su rol de acompañante, que hasta entonces había cumplido. Pronto, será el líder de una gran banda. Quizás esta sea la respuesta a las presiones que recaen sobre él desde hace un tiempo. Junto con la dupla fundadora Zawinul y Shorter, sólo le quedan dos discos más para terminar su ciclo en Weather Report, que dura hasta fines de 1981. Mientras tanto, en agosto, comienzan las grabaciones de Word of Mouth, que exigirán de Jaco viajar a Miami, Los Ángeles y Nueva York. Decenas de músicos trabajaron para él, para sus sentimientos e ideas, que no eran las que esperaban en la compañía discográfica. Lo habían contratado para un álbum de música fusión que pudiera comercializarse sin mayores dificultades.

Jaco hizo otra cosa. La composición que abre el disco es “Crisis”, que resultó muy costosa para la compañía por el método utilizado. Al momento de grabar, lo único que escuchaban los músicos era la obsesiva línea de bajo sobre la que tenían que improvisar; sólo en algunos compases le dejaba escuchar al intérprete algún otro instrumento para estimularlo. Su ingeniero de sonido Peter Yanilos (con quien iniciaba las sesiones desde las 4 de la madrugada) sentía en el estudio cómo esa obra caprichosa desarrollaba vida propia y cómo crecía poderosamente. Jaco quiere que ese experimento sea el primer tema de la lista y, contra cualquier pronóstico, termina siendo el primero de la lista. ¿Y qué viene luego? Nuevos arreglos para una versión sensacional de “Three View of a Secret”, que supera a la de Night Passage (1980). Aquí la armónica de Toots Thielemans (no el saxo) adopta el protagonismo de la melodía principal, mientras que en la extensa “Liberty City” los metales anuncian su presencia en conjunto (con una introducción difícil de olvidar) para luego entregarse a la deriva sonora.   

El bajo eléctrico está al servicio de la gran banda: se ubica como sostén de todo este andamiaje que Pastorius construye (o le pone encima). Ya ha demostrado en todos estos años el nivel de virtuosismo que puede alcanzar. De aquel tiempo revolucionario, graba su arreglo de “Chromatic Fantasy”, pero lo ubica en una secuencia especial, que es continua entre las pistas del disco. Primero, el bajo solista inicia con la pieza clásica de Bach, luego le sigue una versión irreconocible de “Blackbird” (los populares The Beatles) para terminar con las distorsiones rockeras de “Word of Mouth” (el punto de llegada y de convergencia, que es Jaco). La destreza en el bajo funciona para enhebrar esta secuencia de estilos diferentes unificados. El cierre del álbum es la celebración de “John and Mary”, una composición con toques latinos que recuerda a sus primeros hijos. 

Leandro Forti, Blog Sobre el Margen, Crónica
La imagen de Pastorius en "Word of Mouth" es la de un compositor más que la de un bajista.

  El único de sus colegas más cercanos que no participó de este proyecto fue Zawinul. Y cuando en la última gira con Weather Report se lo hizo escuchar durante el vuelo hacia Tokio, el austríaco se sacó los auriculares para desaprobarlo (de la boca hacia afuera). Los directivos de Warner tampoco quedaron satisfechos con el resultado del álbum ni con el comportamiento errático de Pastorius. Así que tomarán nota para abortar a tiempo la cinta demo de lo que no terminará de ser Holiday for Pans (1983), un trabajo que se publicó incompleto en 1998. En la lista de temas, pueden escucharse buenas composiciones, como una bella versión de “She’s living home”, otra de “Elegant People”, intercaladas con títulos propios como "City of Angels," y “Good Morning Annya”, que recupera la influencia de los sonidos centroamericanos escuchados en los viajes del crucero Ariadni.

A pesar de los rechazos, Jaco aún creía en sí mismo, en su búsqueda, en sus persecuciones. Todo se desintegra, su salud mental empeora, las adicciones lo cercan y él sigue, sigue a los tumbos, pero en sus días lúcidos sigue dejando interpretaciones soberbias. La primera presentación en vivo de la banda Word Of Mouth fue en el lugar que lo vio crecer: Fort Lauderdale. Ese 1 de diciembre de 1981 cumple 30 años y comparte escenario con varios músicos que acompañaron su recorrido (Graves, Alias, Molineaux, Erskine). En el bar Mr. Pip’s, el ingeniero Yanilos (a modo de regalo), se encarga de grabar este recital impresionante que es The Birthday Concert y que Warner lo lanzará al público recién en 1995. Después, en enero, empiezan las giras y los viajes como frontman por las ciudades. Esta nueva etapa con Ingrid le brinda dos hijos más en junio de 1982. Pero ella decide que Jaco no está en condiciones aceptables para estar cerca de los gemelos Julius y Félix. Es su manera de protegerlos. Hacia el verano de 1982, deja a su familia y se dirige a Nueva York para organizar con su big band la gira japonesa.

 Las últimas imágenes

La imagen última que sólo muestra a un Jaco Pastorius tocando caprichos es incompleta: basta escuchar las grabaciones póstumas junto con los músicos que están a su altura para saber en qué nivel se encontraba. Por ejemplo, de su paso por Europa, con el guitarrista francés Biréli Lagrène deja el repertorio de Live in Italy (marzo de 1986); ese año también registraron buen material en Stuttgart Ária, un álbum heterogéneo en el que Jaco inclusive canta ese tema. Por lo tanto, cuesta creer en la resolución de esta historia, en las últimas imágenes visibles. Jaco tocando con Dennard y Bullock en los únicos dos bares neoyorkinos donde no lo prohíben. Jaco tirando su ropa en la calle, robándoles tragos a los turistas e insultando a quienes pasaban por su camino. Jaco viviendo (literalmente) en una esquina, donde hay una cancha de básquet y un teléfono público, atendido por secretarios circunstanciales para arreglar los shows. Jaco detenido en Fort Lauderdale por haber conducido un auto robado, dando su último recital en la cárcel, tocando con una guitarra temas de James Brown, Sam & Dave y Creedence.

Mike Stern aloja a Jaco en Nueva York antes de ir a Japón. El detalle es que el departamento del guitarrista estaba sobre el bar “55 Grand”, alias “55 Grams”, por la cantidad de cocaína que se consumía allí. Durante esa temporada, todas las noches hay jams y otras cosas (de las que él participa). Este preludio no fue propicio para la gira japonesa que había programado. Antes del viaje, Peter Erskine presiente con temor, en el aeropuerto, que algo no está bien. Ve llegar a su amigo casi rapado, con trozos de cinta en la cara y después se pone una túnica azul para caminar por el avión como parte de un comportamiento extraño. Ya en Japón, empeora, porque repite esos actos incontrolables que tiene a veces, como sacarse la ropa y correr desnudo por el escenario, pintar su cara y el bajo con fibrones (para luego tirarlo a la Bahía de Hiroshima). Al regreso de esa gira, Ingrid y sus amigos íntimos lo internan por una semana en el psiquiátrico Coral Ridge. Por otro lado, el contraste de estas imágenes es el registro de esa gira en Invitation (1983) y los Twins (1999). La potencia de la banda liderada por Jaco es tremenda.

Al salir del hospital psiquiátrico, prepara una versión reducida de Word of Mouth para hacer una gira europea. Esta vez, su comportamiento desafinado sobre el escenario se repite en Italia. En 1983, Warner rompe su contrato, porque él insiste con una música que no tiene un enfoque comercial. En cambio, el baterista Brian Melvin lo convoca para la grabación de su álbum Nightfood. Por otra parte, truncado el nuevo proyecto con la discográfica, Jaco arma un sexteto con algunos integrantes de la big band para presentarse en locales modestos. Pero todos los espectáculos serán propensos al fracaso, como cuando el sexteto participa del Playboy Jazz Festival o cuando su líder es convocado como invitado especial a la gira japonesa de la orquesta del pianista Gil Evans. Hacia 1984, lo imprevisible es normal; en algunos días toca excelente y en otros sabotea el éxito.

A fines de aquel año, inicia otra relación con Teresa Naggell. También, junto con el baterista Rashied Ali, emprende una gira por los países del Caribe, que incluye talleres de enseñanza. Jaco parece estabilizarse en esos viajes, pero, al año siguiente, en Europa, durante la promoción del disco grabado con Melvin, vuelve su comportamiento errático. Participa de un disco promocional del boxeador Muhammed Ali, cuyo objetivo es obtener dinero solidario, pero ese álbum nunca llega a publicarse. Las puertas de Nueva York se vuelven infranqueables, pero no Alemania e Italia con Lagrène y el Washington Square Park. Así que toca por monedas en la calle y arma el trío PDB para presentarse donde lo dejen hasta junio de 1986, cuando sus músicos se separan. Teresa le avisa a Gregory sobre la deriva incontrolable de su hermano y lo que sigue es la estadía en el Bellevue Hospital para recibir tratamiento psiquiátrico a fines de julio. Allí le diagnostican su enfermedad.

Entre agosto y septiembre, Jaco llama por teléfono a las grandes discográficas para intentar arreglar un contrato, aunque el antecedente con Warner era motivo suficiente para desconfiar. El único día que sale del hospital es para hacer una mezcla de Holiday for Pans, el proyecto que anunciaría su regreso triunfal a las tablas. Afuera, el único que lo esperaba era Melvin, que lo lleva a vivir con él a San Francisco y lo mantiene controlado con la medicación prescripta, lejos de las drogas. Jaco comienza a recuperarse, aunque pronto otro conflicto hará tambalear su estabilidad: Teresa está embarazada y decide abortar; él rechaza esa decisión, pero tampoco se encuentra en condiciones de criar a un hijo. En octubre del ‘86, graba temas del baterista para Jazz Street (1989) y en noviembre, previo paso por el departamento de James Cannings en Nueva York, parte a una gira europea para promocionar Stuttgart Ária y ahí, en diciembre, queda el registro de Heavy 'n Jazz (1992).

Hacia enero del ’87, se muda con Teresa a la casa de su madre en Fort Lauderdale. La relación sin discusiones dura poco. Allí Pastorius vuelve a resultar intratable. Repite sus conductas neoyorkinas: duerme en la calle, se emborracha, provoca disturbios, termina en la cárcel de Pompan. El 10 de septiembre, una mujer con nombre alemán paga la fianza para que su admirado músico pueda recuperar la libertad, pero afuera es un excluido que busca un lugar en los escenarios locales. Tal vez por eso, al otro día, va al encuentro del latino Carlos Santana, que se presenta en el Sunrise Music Theater. Esa noche, el personal de seguridad detiene y expulsa del teatro al borracho que intenta detener el recital para subirse al escenario. La madrugada le ofrece otro intento, pero el Midnight Bottle Club sólo entrega la imagen del crimen: el gerente del sitio, Luc Havan, entrenado en artes marciales, en vez de echarlo o de llamar a la policía, lo golpea con furia, le destroza la cabeza y lo deja en coma, al borde de la calle y de la muerte. El 21 de septiembre desconectan a Jaco del mundo.   

    Referencias  

  • Berendt, Joachim. El jazz: de Nueva Orleans al Jazz Rock. Santafé de Bogotá: Fondo de Cultura Económica, 1994.
  • Cifuentes, Juan Claudio (presentador). “Jaco Pastorius” [Episodio de programa televisivo]. En Ruiz, Alejandro (jefe de producción). Jazz entre amigos. Prado del Rey, España: Televisión Española, 21 de noviembre de 1986. Disponible en línea: www.rtve.es/alacarta/videos/jazz-entre-amigos/jazz-entre-amigos-jaco-pastorius/3524139/
  • Gianera, Pablo. "John Coltrane". En Formas frágiles: improvisación, indeterminación y azar en la música. Buenos Aires: Debate, 2011.
  • Kijak, Stephen y Marchand, Paul (directores). Jaco [Película documental con subtítulos en español]. EE.UU, 2015, 110 minutos.
  • Milkowski, Bill. Jaco: The Extraordinary Life of Jaco Pastorius. San Francisco: Backbeat Books, 2005. 
  • Mitchell, Joni. “The Life and Death of Jaco Pastorius”. In Musician [Magazine], december 1987. Recuperado de http://jonimitchell.com/library/view.cfm?id=1756 
  • Schroeder, Dave. “The Evolving Role of the Electric Bass in Jazz: History and Pedagogy” [doctoral essay]. Open Access Dissertations, 575. Florida: University of Miami, 2011. Disponible en línea: http://scholarlyrepository.miami.edu/oa_dissertations/575
  • Siegel, Paul y Wallis, Rob (productores). Jaco Pastorius: Modern Electric Bass [Video con subtítulos en español]. EE.UU: DCI Music Video, noviembre 1986, 60 minutos. Disponible en línea: https://www.youtube.com/watch?v=EpTpF5qTabQ

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