El debate que marcó una etapa


 La Corte Suprema de Justicia convocó al Grupo Clarín y al Gobierno nacional para defender en una audiencia pública sus posiciones sobre la Ley 26.522, que regula los medios audiovisuales. En la recta final de la controversia, Sobre el margen te propone una lectura retrospectiva. ¿Qué estrategias argumentativas usaron Clarín y Página/12 durante 2009 en sus textos de opinión? 




  Los debates anteriores

Antes de expedirse sobre la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, el Grupo Clarín y el Gobierno nacional defenderán sus posiciones en una audiencia pública. La Corte Suprema convocó a los actores para el 28 de agosto. Además, estableció que cada parte podrá ir acompañada por terceros interesados que aportarán argumentos. Estos actores adicionales (como organizaciones, universidades y cooperativas) serán 5 por cada parte. Se los convocará de manera formal. Por lo tanto, deberán explicitar a qué postura apoyan. No podrán participar terceros que sean poderes del Estado, de las provincias ni de la ciudad de Buenos Aires.

El reglamento redactado por la Corte estipula que el temario del debate incluirá cuatro artículos de la ley. El 41: las autorizaciones y licencias son intransferibles. El 45: las limitaciones a la concentración de licencias. El 48: el régimen de multiplicidad de aquellas no puede alegarse como derecho adquirido. El 161: un año como tiempo de desinversión para titulares que no se ajusten a la norma. En base a estos temas, las partes involucradas le hablarán a los siete miembros de la máxima instancia del Poder Judicial. Luego, éstos se tomarán un plazo para decidir qué sucederá finalmente. Ahora bien, ¿cuáles fueron las explicaciones que le dieron a la ciudadanía esos mismos actores?

Cabe recordar que la 26.522 es una ley que se discutió en todo el país y que luego se trató en el Congreso. Hoy resulta común hablar de este tema. Pero el debate por el anteproyecto de la LSCA marcó una etapa en el sistema de medios. La discusión pública recién adquirió visibilidad creciente cuando el Poder Ejecutivo, presidido por Cristina Fernández, presentó un nuevo proyecto el 18 de marzo de 2009. Esta iniciativa comenzó a debatirse en el marco de un sistema de medios concentrado. Por consiguiente, el escenario instaba a preguntar cómo sería la reacción de los multimedios ante el avance de un proyecto de ley que reemplazaría a la 22.285. (Este documento regulador del sistema se había redactado durante la última dictadura cívico-militar y luego tuvo modificaciones neoliberales.) 

El caso es que, en agosto de 2009, la presidenta envió el anteproyecto de ley a la Cámara de Diputados, donde se le hicieron 100 modificaciones. Aquel primer texto había sido redactado considerando como base los “Veintiún puntos básicos por el derecho a la comunicación”, surgidos de un debate entre diferentes especialistas. La Coalición por una Radiodifusión Democrática (grupo de organizaciones comunitarias, de derechos humanos, sindicales, de comunicación y de pequeñas y medianas empresas), tras meses de trabajo, el 27 de agosto de 2004 había propuesto esos puntos. La nueva ley que sustituyera a la sancionada por la dictadura los debía incluir. De aquí nace la iniciativa de un proyecto de Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual.

 Elaborada la “Iniciativa ciudadana por una ley de radiodifusión para la democracia”, aquellos puntos se habían fijado para precisar las pautas fundamentales con las cuales conformar un sistema de medios que fuera compatible con la democracia. Como parte del intercambio de sugerencias, el anteproyecto se discutió durante un año en 24 foros, que se dieron en distintos lugares del país. Aquellos fueron un espacio de debate, donde los asistentes podían contar con su publicación impresa y con otro material que se ofrecía: las ponencias de una jornada internacional titulada “Los nuevos escenarios de la comunicación audiovisual y el fortalecimiento de la democracia”.

 Este último libro daba informaciones para poder enmarcar la discusión en un panorama mundial y, de esta manera, saber “de qué se trataba” el tema. Organizada por el COMFER, sirvió para compartir experiencias sobre las políticas públicas en el servicio comunicacional y los modelos regionales de radiodifusión. Allí, diferentes investigadores académicos de varios países expusieron ideas para el debate que apuntaba a promover la pluralidad en las comunicaciones y el derecho a la información. Los temas de los paneles fueron: “Concentración mediática y pluralismo democrático”; “Participación social y diversidad cultural”; “Legislación internacional en comunicación audiovisual”.

Por aquellos años, el debate estaba fuera de la agenda mediática. Algunos investigadores, como Guillermo Mastrini, afirmaban: “si hay un tema que prácticamente no aparece en los medios de comunicación es, precisamente, la información sobre los medios de comunicación”. Con la propuesta de una nueva norma, se empezó a promover la discusión del sistema mediático y el cruce de voces disidentes. Asimismo, esa falta de tratamiento en los medios sobre los temas vinculados a éstos incluyó a la nueva ley como objeto informativo. Por un lado, los multimedios, como el Grupo Clarín, tenían intereses económicos puestos en la discusión. Entonces, ¿a qué argumentos recurrirían? Por otro lado, los otros medios ¿en qué medida respaldarían la necesidad de cambiar la ley de radiodifusión?

Este texto es un resumen de una investigación académica, concretada en 2011, que abarca las ediciones publicadas desde el 18 de marzo hasta el 16 de junio de 2009. (La ley se aprobó en octubre de ese año.) Los textos del corpus son artículos. El concepto genérico de artículo es el que se adoptó para este estudio. Según Natividad Vargas, bajo aquel concepto “se agruparían todos aquellos trabajos periodísticos que aportan, desde distintas perspectivas, estilos, técnicas y funciones, algún tipo de opinión, sin que sea obligatorio el sometimiento a la actualidad informativa del día. Todos ellos son textos retóricos argumentativos y persuasivos, trabajan sobre ideas y pertenecen a los géneros de opinión”. Las secciones en que aparecieron los artículos fueron “El País” y “Opinión” (Clarín) y en “La ventana” (Página/12).

El método usado en el trabajo fue el Análisis Crítico del Discurso con el enfoque que propone Siegfried Jäger. Este lingüista considera que el discurso “en su conjunto es una unidad que se regula y que es creadora de conciencia”. El análisis cubre el espectro de lo que puede decirse y de las formas en que emerge lo que puede decirse en una sociedad, en un momento determinado. Esto significa explicitar las estrategias, mostrar la coherencia interna mantenida por el diario y comparar las posturas sobre un mismo tema para ver las distintas representaciones. El resultado será un análisis sobre la manera en que aquellos diarios actuaron en la discusión pública, de cara a una nueva ley de comunicación.


   Las representaciones de los discursos

Durante la controversia, los diarios mencionados sostuvieron una representación a partir de sus textos argumentativos. Cada medio mantuvo una estrategia global que le permitió construir su postura discursiva. Aquella fue posible por la selección de los autores de los artículos, por el contexto que eligió para hablar sobre el tema, por el conocimiento que permitió que circule en su discurso, por las afirmaciones recurrentes. Así pues, entre Clarín y Página/12, en tanto actores polifónicos, se pueden establecer comparaciones con esta pregunta guía: ¿con qué conocimiento volcado en la representación buscaron influir a sus audiencias/ auditorios/ lectores?

Los inicios de las representaciones son distintos. Mientras que Página/12 publica un artículo el mismo día de la presentación del anteproyecto (18 de marzo), Clarín lo hace recién el 6 de mayo (tres días después del Día mundial de la libertad de expresión). Estas decisiones fueron importantes para las estrategias elegidas por cada medio. Así, Página/12, en su primer artículo sobre el tema, describirá el contexto donde funciona el sistema de medios, en tanto que Clarín dedicará el primer editorial a comentar las presiones que los Gobiernos ejercen sobre la prensa independiente. Estos primeros planteos continuarán en la forma de disparador que cada diario optará para hablar sobre el tema. Desde el primer artículo, se elige el escenario en el cual insertar los argumentos del debate. Por lo tanto, esto marcará cuándo se habla del tema.

Por otra parte, importa observar quién habla sobre el tema. Los discursos son de los medios gráficos elegidos. El caso es que éstos son actores polifónicos: seleccionan autores para hablar, comentar e interpretar. ¿A qué autores recurrió cada diario para cumplir con su estrategia? Clarín lo hizo con su propia voz en dos ocasiones. También recurrió al presidente de una asociación internacional de radios privadas, a dos políticos de la oposición que eran integrantes de la Comisión de la Libertad de Expresión y a un investigador del CONICET. En cambio, Página/12, al no tener editorial, recurrió dos veces a su periodista especializado en medios, Washington Uranga, y tres veces a especialistas universitarios en comunicación.

Los autores ubican y refieren el objeto problemático en y desde escenarios distintos, propiciados por la estrategia global del diario a través del cual enuncian. En vistas a lo anterior, las concepciones de los medios y del periodismo que trabajó cada discurso fue útil para construir una representación, ya que el objeto del debate se relacionó con la regulación del sistema de medios y con la actividad informativa de los asuntos públicos. Por lo tanto, interpretar las causas y los motivos que promovían la acción de implementar una nueva norma fue de máxima importancia. Entonces, ¿qué noción subyacente de los medios, el periodismo o la prensa, transmitió cada discurso?


Discurso Clarín
Discurso Página/12

*La prensa libre, independiente y pluralista es un requisito para la construcción de las libertades; por este motivo, suelen recibir presiones políticas o económicas, ya sea de los gobiernos o de los grupos de interés (EMBATES CONTRA LA LIBERTAD DE PRENSA).


*La comunicación es un servicio público; los servicios audiovisuales pertenecen a la industria cultural y a la vida económica del país: son esenciales al desarrollo y la economía (UN CAMINO NECESARIO).

*Los medios de comunicación social o los medios independientes (privados) son los que trabajan para que el derecho individual de la libertad de expresión tenga alcance y trascendencia (NO VIOLAR LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN).



*Los medios sirven para construir el sentido que tendrán las representaciones sociales de los acontecimientos. No “reflejan” una realidad externa a ellos, sino que construyen una. Ante la imposibilidad de conocer lo que sucede fuera del alcance de la experiencia directa, las personas recurren a la información mediática para saber esos hechos. Los medios hacen una selección de estos para convertir algunos en noticias y a otros no. Esta selección está mediada por “presiones, recortes y valores”. Y esa información (“parcial y sintética”) usa la sociedad para conocer, discutir y decidir sobre cuestiones de interés general (APROVECHAR LA COYUNTURA).


*Los medios de difusión y la prensa independiente sólo cumplen el rol de plantear sus críticas a los gobiernos. Por este motivo, suelen recibir presiones políticas en su contra, para acallarlos (LA LIBERTAD DE PRENSA EN LATINOAMÉRICA).


*Los medios sirven para hacer circular discursos con un determinado modelo de realidad, desde el que se piensa, vive y siente. Quienes poseen acceso a los medios están en condiciones de decir y poner en circulación ideas propias que, dentro de libertades restringidas, otros interpretan (LA ESTRICTA LIBERTAD DE INTERPRETAR).


*Los medios de comunicación son mediadores que hacen viable la libertad de expresión y la información que transmiten no es mercancía ni debe serlo (LA PUESTA EN ESCENA DE UN DEBATE SIMULADO).


*Los medios, entre ellos la televisión, sirven para canalizar el derecho a la comunicación, para hacer circular bienes culturales, para discutir lo público. La televisión, por ejemplo, “es un escenario de lucha simbólica por el poder donde se dirimen los conflictos sociales, políticos y culturales” (TELEVISIÓN, MERCADO Y POLÍTICA).


*Los medios de comunicación locales son los que reciben el “apriete” del kirchnerismo y su aumento del control sobre la prensa (¿DEMOCRATIZACION O SIMPLEMENTE APRIETE?).  

*Los medios pertenecen al espacio público, son el lugar de intercambio de los discursos sociales que luchan por imponerse, son un espacio para debatir y buscar consensos. La realidad del sistema de medios refuerza las asimetrías e inequidades en el vínculo entre “lo público” y la comunicación. En la sociedad hay “voces acalladas, silenciadas u olvidadas” (OTRAS ESTRATEGIAS, NUEVOS CAMINOS).



  Las diferencias fueron establecidas y orientadas por los autores a los que se eligió para hablar sobre el tema. En este sentido, vale destacar que el comentario del autor de EL DEBATE DE FONDO (Martín Becerra, investigador de la Universidad Nacional de Quilmes-CONICET) tiene puntos de contacto con los argumentos del discurso de Página/12. Para aquel autor, la propiedad de los medios de comunicación estaba altamente concentrada y contenía injusticias derivadas de las desigualdades distributivas del modelo neoliberal. Por lo tanto, en aquel texto, él aboga por “nuevas reglas de juego que estimulen la diversidad”. Asimismo, Uranga (Página/12) comparte con Norma Morandini (Clarín) la idea de que la libertad de expresión es un derecho que los gobernantes deben garantizar.

  Sin embargo, más allá de estas coincidencias, lo que prima son las representaciones de cada postura discursiva. Porque no sólo ambos diarios tuvieron concepciones distintas sobre los medios, sino también sobre la libertad de expresión y la democracia. De manera que cada discurso construyó objetos distintos, los nombró de una manera específica y los puso en juego. Además, hubo ocultamientos necesarios para la construcción de afirmaciones. O sea, lo que cada discurso omitió para poder sostener su representación. De este modo, algunas aseveraciones fueron posibles por las ocultaciones: cada medio reconstruyó y remitió a un escenario donde se pusieron los objetos y actores interrelacionados

   Un ejemplo es que mientras Clarín usó indistintamente los conceptos de libertad de prensa y libertad de expresión, Página/12 habló del derecho a la comunicación. Estos distintos usos no fueron arbitrarios. El primero permite referirse sobre todo al trabajo periodístico de los medios, mientras que el segundo involucra a los ciudadanos y su derecho a expresarse ellos mismos, de acceder a la construcción y circulación de realidades diversas en los medios. Esos distintos usos de objetos que parecen similares se advierten en los artículos de cada medio gráfico. Así pues, según las afirmaciones del contenido analizado, cabe preguntar ¿qué tipo de comprensión subyacente de la libertad de expresión transmitió cada discurso a través de sus artículos?

  En NO VIOLAR LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN, ésta es considerada un derecho fundamental de la democracia. Se ejerce como derecho esencial del ciudadano y en la labor que los medios desempeñan para que ese derecho tenga alcance. Los medios (periodísticos) serían los encargados de “hablar” por los ciudadanos, de ser “la voz” de éstos que trascienda y cobre un alcance mayor, debido a la amplificación comunicacional. (Se evita decir que los ciudadanos cuentan con el derecho a la información, a informarse y ser informados de forma veraz.) De esta estrategia, se encargó el discurso de Página/12, mediante la refutación. En LA ESTRICTA LIBERTAD DE INTERPRETAR, el derecho a la comunicación es el derecho fundamental. El autor de ese texto considera que libertad de prensa y de expresión son el camuflaje de los intereses no confesos de la resistencia empresaria, de “los dueños del decir”.

  La postura discursiva de Clarín consideró que la independencia y libertad de prensa eran vitales para la democracia (LA LIBERTAD DE PRENSA EN LATINOAMÉRICA). En cambio, para la postura de Página/12, el derecho a la comunicación era necesario para debatir los asuntos públicos con una diversidad de voces que sumaran temas ausentes en la sociedad actual (OTRAS ESTRATEGIAS, NUEVOS CAMINOS). Mientras que para un discurso las nociones de prensa independiente y de libre expresión (usadas indistintamente) se consideran vitales para salvaguardar las libertades y las instituciones democráticas (EMBATES CONTRA LA LIBERTAD DE PRENSA), para el otro el derecho a la comunicación es una manera de ejercer la ciudadanía (TELEVISIÓN, MERCADO Y POLÍTICA). Similar ocurrió con el objeto debatido: el anteproyecto de ley. Un discurso buscó nombrarlo de una manera y el otro discurso de otra. Por ejemplo, hablar sobre una norma de radiodifusión no es lo mismo que hablar de una norma para servicios audiovisuales. Cada postura buscó incluir el objeto en su escenario conflictivo posible. Cada autor, en cada discurso, enmascara tanto como privilegia.

Una muestra de lo anterior es el editorial EMBATES CONTRA LA LIBERTAD DE PRENSA. El artículo omite que la prensa (o los medios) son empresas periodísticas vinculadas con sectores económicos y políticos. Además, la definición de prensa independiente citada dice que las restricciones son al “control sobre los materiales y la infraestructura necesarios para la producción y difusión de diarios, revistas y otras publicaciones periódicas”. No hay referencia a medios audiovisuales. El artículo también usa indistintamente libre expresión” y “libertad de prensa”. Asimismo, habla de “la promoción de la libre circulación de las ideas por medio de la palabra y de la imagen”. La pablara imagen es ambigua en este texto. Porque no se hace distinción entre imágenes (fotos) que circulan en publicaciones gráficas y las imágenes televisivas que circulan por el espectro radioeléctrico, el cual no es privado, sino estatal. Las imágenes que regula la nueva ley de servicios de comunicación son las audiovisuales y no las de las publicaciones gráficas.

  En cambio, la estrategia de Página/12 fue centrarse en la televisión, más que en la radio. En efecto, además de los artículos sobre el tema, publica en la misma sección, el 20 de mayo, una nota titulada LA TV PORTEÑA DOMINA LAS PANTALLAS DEL PAIS, cuya bajada decía: “Un reciente estudio del COMFER ratifica que el centralismo porteño también se expresa a través de las pantallas de la televisión. Así lo expone Gustavo Bulla a partir de los datos de un ‘Informe de contenidos de la televisión abierta argentina’. Otra estrategia de Página/12 fue hacer hincapié en la coyuntura (ahora o nunca). Uranga argumentaba que nunca era el momento oportuno para este debate, porque siempre se quería postergar. Pero el autor no explicitaba quiénes habían demorado el asunto. Esta omisión fue necesaria, ya que si enumeraba a los actores responsables tenía que incluir a Néstor Kirchner, con el decreto 527, que suspendió por 10 años el término del plazo de las licencias de los medios. Si lo hubiera mencionado, su argumento habría quedado más expuesto a la crítica y a la refutación, debido a que el gobierno de Cristina Fernández era la continuación de aquél.

  Otro ejemplo es LA PUESTA EN ESCENA DE UN DEBATE SIMULADO. Morandini, además de omitir la mención a los foros o a las previas Jornadas internacionales sobre el asunto, criticaba que el anteproyecto de ley fuera presentado en las universidades frente a estudiantes de comunicación y no en el Congreso frente a legisladores. Sin embargo, se trataba del anteproyecto de ley, no del proyecto de ley. Por lo tanto, no era incorrecto (o equivocado) que fuera enviado a otras instituciones para que recibiera adiciones y correcciones antes de enviarse al Congreso, donde los legisladores lo discutirían. Esta estrategia le permitía a la autora sostener su texto argumentativo. Por otro lado, en el campo de las representaciones, detrás del anteproyecto como acción, sólo aparece, como actor positivo y negativo, el Gobierno/ el Ejecutivo/ Cristina Fernández/ el kirchnerismo. Ninguno de los dos discursos mencionó otros actores sociales comprometidos con la iniciativa de una nueva norma, como, por ejemplo, la Coalición por una Radiodifusión Democrática.

Por último, conviene subrayar que, según Jäger, los discursos vehiculan el conocimiento que sirve de base para las acciones de los sujetos (prácticas verbales y no verbales). En este caso, se puede pensar en el conocimiento que, a partir de las representaciones, cada diario le dio a sus lectores para que luego opinaran y participaran del debate en otros contextos. También es relevante para observar cómo cada diario, en su rol de actor político, mediante voces que comentan o narran, busca influir en otros, entre ellos su audiencia. De todos modos, hay que tener en cuenta que, tal como explica Umberto Eco, el texto es un mecanismo perezoso y necesita la ayuda interpretativa del lector para que funcione dentro de sus posibilidades textuales. De lo contrario, como afirma George Vignaux, sin alguien que asista a la representación ofrecida, sólo se trata de un semi-espectáculo. 


  Una síntesis de los argumentos

La intervención de Clarín en tanto actor político es como parte del conflicto, mientras que el rol de Página/12 es el de tercero involucrado. Este último inicia su estrategia el mismo día de la presentación del anteproyecto. Clarín lo hace tres días después del Día mundial de la libertad de expresión. Estos acontecimientos marcan el contexto que cada diario adoptará para establecer su representación: el discurso en el cual se inserta el objeto problemático. De esta manera, el escenario de Clarín son los ataques a la libertad de prensa por parte del Estado contra los medios, debido a las críticas que éstos difunden al cumplir con su trabajo. Este diario decide equiparar libertad de prensa con derecho a la información. Los textos de opinión que publicó omitieron información para poder construir una representación. Omitió, en todos sus artículos, el alcance simbólico de los medios en la sociedad. Omitió que los multimedios, en Latinoamérica, tienden a conformar monopolios informativos. Omitió que los medios independientes tienen una línea editorial y estrategias de desinformación.

En cambio, Página/12 mostró a los medios como partícipes en la construcción de la realidad social, como espacios privilegiados en la lucha por el poder y por la construcción de los asuntos públicos, como lugar donde circulan los discursos sociales en pugna, como instrumentos estratégicos de la acción política. Sin embargo, al referirse a la postergación del debate, omitió mencionar las consecuencias del decreto 527/05 firmado por Néstor Kirchner. En otro orden de cosas, mientras el discurso de Clarín se apoyó, sobre todo, en la prensa, Página/12 lo hizo con la televisión en general, como medio masivo, no restringido al uso del trabajo periodístico, sino a la política ciudadana. Entonces, este último diario sí describió el poder (o la importancia) de los medios, aunque para referirse al anteproyecto usó formas enunciativas moderadas. Las modalidades que empleó no asumieron una entera responsabilidad sobre los enunciados relacionados con el asunto. Describió el panorama del sistema de medios, pero no apoyó ciegamente y sin concesiones el anteproyecto oficial como algo efectivo e indiscutible. Hubo reservas al momento de hacer afirmaciones categóricas. El debate iniciado sobre el tema fue lo más destacado por los autores que contribuyeron al discurso de Página/12. 

 Por otra parte, diferente también fue el uso de las jerarquías que cada periódico hizo en su argumentación global. Esto es relevante, ya que permite comprender la perspectiva asumida por cada diario. Los artículos de Clarín establecieron lo privado por sobre lo público. Los de Página/12, lo público (o lo estatal) por sobre lo privado (o el mercado). Asimismo, los argumentos más frecuentes fueron los pragmáticos, los de autoridad, los de ejemplificación y los de nexo causal. Los pragmáticos fueron recurrentes y de gran importancia para ambos discursos, pues les permiten sostener sus posturas en base a las consecuencias que describen, ilustran, imaginan, esperan, ofrecen para persuadir. Apuntaron a las consecuencias de una ley con las características que cada postura discursiva planteó. La persuasión actuó sobre una hipotética situación a futuro: se valoró el conflicto a partir de ese factor.

Así pues, la perspectiva de futuro que establece NO VIOLAR LA LIBERTAD DE EXPRESION es la de un Estado que, mediante la excusa de perseguir fines comunitarios, busca conformar un monopolio de medios de comunicación. De manera que el proyecto de ley tenía graves implicancias para la democracia y la libertad de prensa en Argentina. La AIR proponía un debate serio, fundamentado, racional, en el que participaran todos los actores de la sociedad para que no se llegara a ese futuro previsto, inferido por un argumento de ejemplificación aplicado a la situación (recreada) de Venezuela. En este sentido, la característica de simulacro y de camuflaje (el hacer creer algo que no es lo que se muestra) la comparten LA PUESTA EN ESCENA DE UN DEBATE SIMULADO y ¿DEMOCRATIZACION O SIMPLEMENTE APRIETE?. En este último artículo, su autor (Fernando Iglesias) argumenta que el objetivo es “promover nuevos monopolios simulando que se lucha contra la concentración mediática y aumentar el control gubernamental sobre la prensa mientras se habla de libertad”.  

La estrategia anterior tuvo matices al momento de hacer las afirmaciones. Los enunciados sobre el objeto problemático (el anteproyecto) fueron más precavidos cuando el autor fue el propio diario (en un editorial) y más explícito cuando fue otro autor que conformó la polifonía del medio (los comentarios y la tribuna). De esta manera, la perspectiva de futuro que subyace en LA LIBERTAD DE PRENSA EN LATINOAMÉRICA es la de una posible (o probable) toma de medidas contra la prensa independiente. La preocupación por la situación de la libertad en Latinoamérica encontraba resonancias en Argentina. El mensaje emitido desde el Departamento de Estado de los EE.UU. tenía alusiones implícitas en este país. Las medidas desafiantes que habían tomado gobiernos “renuentes a aceptar las críticas” expresadas por los medios de comunicación independientes podían darse en Argentina. La ley de radiodifusión, de implementarse, podría ser una de ellas. Era un futuro de posibles “ataques” o “acciones” contra la prensa independiente.

En el caso de Página/12, para dar una imagen del provenir recurrió también al argumento de comparación. Comparó lo que era el sistema de medios y lo que podía llegar a ser (los beneficios que surgirán) con una nueva norma. Comparó la situación presente de restricción comunicativa con lo que la comunicación en un régimen democrático debería ser. (Con respecto al objeto se lo compara por oposición: ley de la dictadura frente a ley de la democracia o norma desactualizada frente a norma acorde al contexto.) Por ejemplo, la perspectiva de futuro trazada por UN CAMINO NECESARIO fue la de políticos y ciudadanos con un camino a seguir para luchar por una utopía. El debate era “central para el futuro del país”. Es un porvenir en el que la norma debatida, al sustituir con mayor alcance y complejidad a la ley vigente, “debería garantizar igualdad de posibilidades”. Asimismo, se persuadía con aprovechar la oportunidad del debate presente, tendiendo en cuenta que en el pasado nunca se había dado o se había evitado hablar sobre el tema, postergándolo por años.

El comentario APROVECHAR LA COYUNTURA fue similar. Considerando el futuro, la autora destacaba el gran avance que los beneficios representarían con respecto a la situación actual: disminución en el número de licencias que puede tener un mismo licenciatario, porcentaje del espectro destinado a los sin fines de lucro, participación parlamentaria y creación de la Defensoría del Público. El presente era un momento único, tal vez irrepetible, para “cambiar una situación histórica de concentración de poder heredada”. El porvenir subyacente en LA ESTRICTA LIBERTAD DE INTERPRETAR es la de un decir que se tiene que recuperar. Es un futuro que debe abrir canales de acceso a los medios para construir ideas y dejar de consumir ideas ajenas. La tarea de incluir a emisores excluidos fue compartida por OTRAS ESTRATEGIAS, NUEVOS CAMINOS, artículo que imagina estrategias comunicativas más democráticas, nuevos caminos para una comunicación que se diferencie de la que propicia el actual sistema de medios.      

Por otra parte, ambos diarios, en varios artículos, recurren a formas genéricas (gobiernos latinoamericanos, el gobierno, monopolios, oligopolios, medios, dueños del decir, etc). Esta estrategia textual le da al lector activo la posibilidad de rellenar los espacios en blanco (las referencias implícitas) con nombres concretos que los autores omiten o eluden. Esos nombres son de actores centrales del conflicto. Por eso, los argumentos de nexo causal son importantes, porque permiten interpretar y valorar las causas, los motivos que impulsan la aplicación de una nueva norma en los servicios audiovisuales. Como ya se describió más arriba, son distintos los ámbitos que explican la aparición del objeto en cuestión. Entonces, empleando esta estrategia, cada discurso puede trazar perfiles distintos de los actores. Mientras que en el discurso de Clarín las acciones de los agentes son de carácter coercitivo, en el discurso de Página/12 las mismas acciones, contextualizadas de otro modo, buscan la regulación de un sistema de medios concentrado. Cada diario sitúa la aparición del anteproyecto, recreando ámbitos distintos.

La retórica (metáfora, figuratividad, modalización) es útil para la construcción del Otro, para la configuración de los actores negativos y positivos. Las connotaciones de los adjetivos y de los verbos representan situaciones y agentes con sus acciones. (Un medio gráfico usa más esta estrategia, mientras que el otro, para convencer, opta por la explicación teórica.) A saber, los Gobiernos (latinoamericanos) y el Gobierno nacional en la postura discursiva de Clarín son autoritarios, intolerantes frente a las críticas, atacan a la prensa independiente para acallarla, agravian a los periodistas, usan la publicidad oficial como forma de presión encubierta, promueven normas que degradan la democracia, simulan combatir los monopolios con el fin de promover el suyo, etc. En base a esta caracterización, este discurso interpreta la iniciativa de una nueva ley de servicios de comunicación audiovisual. Clarín plantea, entonces, un escenario donde la prensa independiente y los medios de difusión son agentes positivos de actitud pasiva: hacen sus críticas a los gobiernos y por eso reciben presiones. Concibe a los medios como propagadores, defensores y vehículos de la libertad de expresión para defender a los ciudadanos de la discrecionalidad de los políticos gobernantes.

  En el discurso de Página/12, los actores negativos son los monopolios y los oligopolios, los dueños del decir, los grandes comunicadores, el sistema de medios concentrado, los medios de comunicación. Estos no contribuyen a mejorar las condiciones de los servicios, no son saludables para la democracia, ofrecen una falsa diversidad a un alto costo, acaparan el poder de emisión, limitan derechos y libertades fundamentales, afectan la circulación de otros discursos, construyen verdades totalizadoras, imponen un modelo de realidad, son un obstáculo para promover nuevas estrategias comunicativas, camuflan sus intereses reales tras los conceptos de libertad de prensa y de expresión, etc. Los actores positivos de actitud activa son el Estado (igualador y democratizador) y los ciudadanos, en tanto sujetos políticos protagonistas en los asuntos de la agenda pública. Además, éstos, en ocasiones, son pasivos porque no pueden elegir contenidos diversos, porque están subordinados a creencias ajenas, porque muchas de sus voces siguen silenciadas y olvidadas.

  Los argumentos de autoridad de Página/12 son citas de autoridades pertenecientes a los campos de la semiótica y de la comunicación: permiten explicar el contexto del debate y de lo debatido. Por su parte, Clarín recurre a autoridades y definiciones acordes y acomodadas a su estrategia contextual, como, por ejemplo, miembros de organismos internacionales o funcionarios estadounidenses. Otro recurso argumentativo es la definición de periodismo independiente, que le permite ubicar su discurso como contracara del poder gubernamental, estatal u oficial. A partir de esa definición, el diario delimita los roles (la antinomia) de los actores involucrados en el escenario contextual que presenta. La concesión es un recurso observado en ambos medios. Clarín lo hace incluyendo el artículo de Becerra (EL DEBATE DE FONDO), aunque es muy texto breve ubicado en un espacio menor de una página par. El discurso de Página/12 incluye la reserva explícita de Califano en cuanto a las “amplias facultades que recaerían sobre la nueva autoridad de aplicación de la ley” (dependiente aún del Poder Ejecutivo Nacional) o  a “la composición del directorio de los medios públicos”.   

 Estas son las características más relevantes de las posturas discursivas que cada medio tuvo en relación con el debate del anteproyecto de ley de servicios de comunicación audiovisual. Tanto las estrategias textuales de los autores de cada artículo, como las estrategias que Página/12 y Clarín, en tanto actores polifónicos, optaron para opinar sobre el tema. De esas actuaciones, se infiere el rol que cada medio gráfico cumplió en el debate, por lo menos en el período seleccionado que conforma el corpus de artículos que se estudió en este trabajo. Sumado al análisis crítico del discurso, se pueden ver los distintos tipos de conocimiento que cada discurso vehiculizó para contribuir a configurar la realidad societal, a través de los sujetos, pensados, en este caso, como interlocutores de un auditorio previsto por cada medio de comunicación. En resumen, aquí se buscó explicar y describir cómo cada diario, a través de distintas estrategias argumentativas, intervino como actor político en un período del debate.   


Referencias

  • Borrat, Héctor, El periódico, actor político. Barcelona: Gustavo Gili, 1989.
  • Eco, Umberto. Lector in fábula. La cooperación interpretativa en el texto narrativo. Milano: Bompiani,1979.
  • Jäger, Siegfried, “Discurso y conocimiento: aspectos teóricos y metodológicos de la crítica del discurso y del análisis de dispositivos”, en Ruth Wodak y Michael Meyer (comp.), Métodos de análisis crítico del discurso. Barcelona: Gedisa, 2003.
  • Mastrini, Guillermo (editor), Mucho ruido, pocas leyes. Economía y políticas de comunicación en la Argentina (1920-2004). Buenos Aires: La Crujía, 2005.
  • Perelman, Chaim y Olbrechts-Tyteca, Lucie. Tratado de la argumentación. La nueva retórica. Madrid: Gredos, 1989.
  • Vargas, Natividad , Periodismo de opinión. Claves de la retórica periodística. Madrid: Síntesis, 1999.
  • Vignaux, George. La argumentación. Ensayo de lógica discursiva. Buenos Aires: Hachette, 1976.
  • VV.AA., Jornada Internacional. Los nuevos escenarios de la comunicación audiovisual y el fortalecimiento de la democracia. Buenos Aires: TELAM, 2009.  

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